09 Abr 2012 15 Comments
El pintor de la noche
John Atkinson Grimshaw
Pintar la noche no es cosa fácil. Muchos pintores lo intentaban y solo conseguían que sus lienzos acabaran emborronados de negro, sus colores muertos, las luces demasiado mortecinas y faltas de los brillos crepusculares y de las veladuras nebulosas que caracterizan los paisajes de la oscuridad. Pero el pintor de quien hoy hablamos lo conseguía con tan exquisita facilidad que otros grandes maestros, como McNeil Whistler, se quitaron el sombrero ante sus bucólicos y sugerentes paisajes nocturnos.
Nacido en Leeds, el 6 de Septiembre de 1836, hijo de un expolicía, John Atkinson Grimshaw no estudió pintura. Bastante joven comenzó a trabajar para la Great Northern Railway (o Gran Ferrocarril del Norte) como agente comercial, pero con veinte años se casó con su prima, Frances Theodosia Hubbard, que era un año mayor que él, y que pronto le animó a dejar el trabajo de la compañía ferroviaria y dedicarse de lleno a la pintura, con el consiguiente enojo de sus padres.
Sus primeros cuadros no eran nocturnos, John estaba entonces influído por los prerrafaelistas, lo que en buena justicia no podemos recriminarle, y pintaba aves, fruta y flores, de un colorido casi excesivo y un amaneramiento bastante pronunciado. Estos fueron los temas de su primera exposición, patrocinada por la Sociedad Filosófica y Literaria de Leeds, cuando el buen hombre contaba con 28 años.
Pero el éxito como pintor tardaría en llegarle aún casi diez años, cuando rechazó el uso de la fotografía, un arte que entonces era muy nuevo y que tenía (y aún hoy desgraciadamente tiene, como ya sabemos), fascinados a muchos pintores, para centrarse en el desarrollo de una obra más personal de escenas urbanas en las que la luna y las sombras eran las características más llamativas.
Fue entonces cuando comenzó a ganar el dinero suficiente como para que su ya numerosa familia viviera con comodidad y para poder comprarse una enorme mansión del siglo XVII en Knostrop Old Hall, a las afueras de su ciudad natal, que pronto se convertiría en uno de sus temas pictóricos favoritos, pero su estudio lo estableció en otra casa que alquiló en la costa, en Scarborough, y que llamaba “Mi castillo junto al mar”.
Grimshaw pintaba entonces básicamente para mecenas privados que le hacían encargos directos, lo que tuvo como consecuencia que pocos de sus cuadros llegaran a exponerse en la Royal Academy, y aunque pintaba también retratos, interiores, temas neoclásicos como hadas etc, fueron sus paisajes nocturnos de Glasgow Liverpool, Leeds, Scarborough, Whitby y Londres los que le dieron fama entre los críticos y los propios pintores.
De hecho, cuando en 1876 le sobrevino un auténtico desastre financiero, Grimshaw tuvo que dejar su ‘castillo’, a su familia en la casa de Knostrop, y marchar a Londres, donde alquiló un modesto estudio en Chelsea, muy cerca del taller del maestro impresionista James McNeill Whistler, de quien se hizo muy amigo (entre ellos se llamaban Jimmy y Grimmy). «I considered myself the inventor of Nocturnes until i saw Grimmy’s moonlit pictures.», (“Yo me consideraba el inventor de los Nocturnos hasta que ví los cuadros de luz de luna de Grimmy”) decía Whistler.
Grimshaw no ha sido el mejor pintor de la historia, pero si lo traemos hoy aquí es porque fue un pintor que consiguió llegar a ser muy sincero con su propia pintura. Tan discreto que apenas si dejó cartas o documentos que registrasen su trabajo y su vida, lo que dificulta mucho la labor de los estudiosos y críticos que tienen poco material para llegar a comprender su vida y su carrera. Sí sabemos que volvió a Knostrop, donde murió en 1893, y que cuatro de sus hijos, Arthur Grimshaw (1864-1913), Louis H Grimshaw (1870-1944), Wilfred Grimshaw (1871-1937) y Elaine Grimshaw (1877-1970), se convirtieron en pintores.
Está enterrado en el cementerio de la colina Woodhouse Hunslet, de Leeds, lugar en el que fue casi olvidado durante siglo y medio, aunque hubo un resurgimiento del interés en la obra de Grimshaw en la segunda mitad del siglo XX, con varias exposiciones importantes dedicadas a ella. Una retrospectiva de la exposición «Atkinson Grimshaw – pintor de la luz de la luna» se desarrolló entre el 16 de abril, y el 4 de septiembre de 2011 en la “Mercer Art Gallery” en Harrogate , y posteriormente en la Galería de Guildhall, en Londres. Como su obra se haya muy diseminada, elDibujante os trae una de las mayores recopilaciones de ella en alta definición, como siempre. ¡Que la disfrutéis!

9 abril, 2012 @ 8:42 PM
No estará entre los grandes… ¡cuán inmensa pues sería la genialidad de estos si hubiesen sentido el hechizo de la luna!
10 abril, 2012 @ 12:33 AM
En realidad lo que decimos de él es que «no será el mejor pintor del mundo», pero siempre estará entre los grandes solo por el hecho de ser tan noble y tan sincero con su propia pintura. Fina, si algo le pedimos a un pintor es que nos pinte lo que siente, no lo que ve. Somos nosotros quienes debemos verlo, no nos interesa tanto lo que el ve sino lo que nos muestra. Y lo que nos mostraba Grimshaw era sugerente, bucólico y bello, por eso siempre será un maestro en los nocturnos, aunque hay muchos otros pintores que también los trataron, en especial su contemporáneo Vincent Van Gogh, con sus alucinada noches estrelladas.
9 abril, 2012 @ 9:09 PM
No conocía a este pintor ni su trabajo, el cual me ha gustado mucho, especialmente el delicado tratamiento de los cielos nocturnos. Gracias por este artículo.
10 abril, 2012 @ 12:35 AM
Pues siempre es un placer acercarte a un gran maestro que resultó casi olvidado por las modas pasajeras del arte.
10 abril, 2012 @ 4:23 PM
Para Juan Muro
Otra vez mil enhorabuenas por esta obra de arte que es este blog que has creado. Te sigo siempre. Soy muy amiga de Matilde.
Un abrazo y mil gracias por hacerme tan agradable estos momentos.
Loreto Vega de Seoane
10 abril, 2012 @ 6:16 PM
Gracias a ti por tus palabras tan amables, Loreto, pero no, este blog no es una obra de arte, solo contiene y muestra muchas de ellas, elaboradas los grandes maestros que resultaron desconocidos para los profanos, para los críticos e incluso para los propios compañeros artistas.
El arte de la pintura es siempre un viaje interior, y recorrerlo no suele ser tan fácil como parece la simple contemplación de la belleza. Si te resulta agradable es porque, por dentro, tú misma lo eres.
Yo también presumo de ser amigo de Matilde, ¡imagina la suerte de ser, además, su hermano!
Un abrazo
13 abril, 2012 @ 10:48 AM
Pintar la noche….
parece un sueño descabellado.
Y qué bello el intento!. Me han encantado estos cuadros y este autor que no conocía.
Gracias y un abrazo.
13 abril, 2012 @ 11:35 AM
Gracias a tí, Simona, tus palabras siempre me ayudan mucho. Todo en la pintura es un descabellado intento, pintar el cristal, el aire, el agua, la carne… Todo es un reto inicialmente casi imposible de lograr. Solo a través de lo que nos enseñan los grandes maestros podemos acometerlos, de ahí que sea tan importante conocerlos, y tan injusto que algunos pasen desapercibidos.
14 abril, 2012 @ 1:32 PM
Hola de nuevo Juan.
Me he acordado de ti cuando hace unos minutos me llegaba un mail de una amiga que disfruta también con el Arte en todas sus manifestaciones. Me ponía al tanto de una nueva iniciativa – o quizá no sea tan nueva – que me ha parecido interesante. Te incluyo el enlace por si no lo conoces.
Un saludo.
http://www.totemguard.com/aulatotem/2012/04/google-art-project-10-actividades-educativas-para-disfrutar-en-el-aula/
15 abril, 2012 @ 12:29 PM
Me encanta, Simona, y creo que cualquier herramienta que nos ayude a enseñar el arte pictórico debe ser bienvenida, aunque si además tiene esta calidad que consiguen los chicos de Google, pues doblemente. Sin embargo esto tiene poco que ver con elDibujante o con otros sitios que sigan nuestra misma filosofía: Nosotros no partimos de una obra de arte, sino de un momento del arte. Enseñamos lo que se consiguió a partir de un autor, de una anécdota, de una evolución artística. Es decir, no se trata, bajo nuestro punto de vista, de rebuscar entre la colección de cromos, sino de llegar a apreciar en su verdadera magnitud cada una de las obras en su propio contexto. Pensamos que una imagen no puede entenderse sin saber su historia, quién, cómo y en qué circunstancias la hizo. Pero nuestro punto de vista no le resta importancia ni valor a la herramienta que nos enseñas y de la que somos devotos seguidores desde el primer día. Muchas gracias.
15 abril, 2012 @ 2:40 PM
Era consciente de esas diferencias que apuntas…
me alegro de que te guste de todos modos.
😉
saludos
2 diciembre, 2014 @ 12:49 AM
No sé casi nada de pintura, pero valoro sobremanera el trabajo extraordinario de pintores como este, cuya existencia desconocía. Me gusta pro sobre todo el efecto que logran los pintores con las luces y las sombras… Maravillosa página!
13 abril, 2016 @ 1:57 AM
disculpa como se llama la cuarta pintura donde es un paisaje otoñal ? Es realmente magnifico, gracias por compartir este arte .
15 abril, 2016 @ 9:55 AM
Hola Narda:
La pintura de John Atkinson Grimshaw por la que preguntas se llama «A Golden Beam», que se tradujo como «Un haz de luz dorada».
Saludos
Juan Muro y el equipo de ElDibujante.com
20 agosto, 2016 @ 10:18 PM
Me parece digno de admiración y honor, el pintor de estos hermosos cuadros…
Tonos maravillosos
Saludos y gracias